Setenta años de la Revolución del 52 (II)

Víctor Paz Estenssoro jura por segunda vez su cargo como Presidente de Bolivia. ABC del Este.

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El pensador católico Jorge Siles Salinas cuestionó la Revolución del 52 en Bolivia mediante su libro La aventura y el orden. Esta obra historiográfica plantea que el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) utilizó a los indígenas como instrumento para lograr sus objetivos, al igual que el presidente Manuel Isidoro Belzu a mediados del siglo XIX. Así, la «agresividad vengativa» de ciertos grupos nativos jugó en favor del partido.

A pesar de esto, el autor aseguraba que el MNR superó a Belzu en la intensidad con la que impulsó las pasiones del populacho desde el poder, principalmente por los campos de concentración que administró el partido. Siles Salinas considera que esta «nueva política de masas» utilizada por el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, caudillo del MNR, se asemeja a la del argentino Juan Domingo Perón. Para el pensador paceño, los regímenes de ambos personajes constituyen los más notorios ejemplos de populismo en Sudamérica a mediados del siglo XX.

Víctor Paz Estenssoro y movimientistas saludando

Un paréntesis aquí: en contraposición, el profesor Juan Fernando Segovia asegura en uno de sus artículos que Bolivia fue de los pocos países hispanoamericanos nunca gobernados por regímenes populistas, debido a su constante inestabilidad. Para Segovia, «antes que populista, el MNR fue más bien antioligárquico», porque el gran aliado del partido fue la Central Obrera Boliviana (COB), dirigida por Juan Lechín Oquendo, y no sustancialmente sindicatos y masas urbanas.

Por otro lado, es interesante recordar que Siles Salinas consideraba a la religión y a la hispanidad «elementos constitutivos de la unidad nacional» despreciados por la burguesía, en virtud de lo cual se gestó el movimiento de masas citado. Es así que se habla de una Bolivia con una clase culta desarraigada, sin conexión con su tradición o entendimiento de la misma.

Adicionalmente, vale la pena resaltar que al pensador paceño parecía preocuparle la autoidentificación del MNR con el nacionalismo, respecto al cual él sentencia: «Es dudoso que haya en el léxico político de los bolivianos una palabra más confusa y más prestigiosa». Recordemos que Siles Salinas simpatizaba con el falangismo boliviano, partido nacionalista que disputaba con el MNR el derecho a llamarse nacionalista.

Además de la obra del reconocido autor paceño, cabe resaltar el análisis realizado por el profesor René Antonio Mayorga en su artículo «La democracia o el desafío de la modernización política» en el libro Bolivia en el siglo XX: la formación de la Bolivia contemporánea. El citado texto tiene como mérito la gran hazaña de dibujar los límites entre la COB y el MNR, grupos que, a diferencia de lo que se cree, parecen haberse opuesto entre sí en numerosas ocasiones.

No vamos a extendernos más por ahora, pero adelantamos que, según indica el artículo, la COB se autopercibía como autónoma, independiente del MNR. Por ejemplo, mientras que la COB exigía un control absoluto de la economía en manos del Estado bajo dirección obrera, el MNR, moderado, se inclinaba por  la proliferación de empresas privadas e inversión extranjera, y para eso quería conservar el régimen de propiedad privada limitando las nacionalizaciones.

(Continuará)

E. Zúñiga, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.